Malcom Blaze nos abre las puertas de su carrera
Es locutor de grandes marcas como Cabify, Honda, Spotify, es actor de voz, hace doblaje, es conductor de eventos y redactor creativo. Forma parte de Blafon, donde graba en español e inglés, mostrando su versatilidad y pasión por la comunicación en todos sus matices.
¿Cuánto tiempo llevas en la industria y qué te motivó a ser locutor?
Me egresé en 2018, así que ahora en enero estoy cumpliendo seis años, si no cuento mal.
En 2018 tuve mi primer trabajo en televisión. Tuve una mesa especial de examen para poder trabajar en eso y tener la licencia. Literal, me egresé y entré a trabajar ahí.
La verdad entré a locución por una equivocación. Completamente error mío. Yo trabajaba en una oficina. Estaba estudiando canto lírico en un conservatorio y me dejó de gustar la carrera. Ya no quería ser cantante para vivir. Y lo único que disfrutaba estando en mi trabajo era escuchar la radio.
Escuchaba dentro del trabajo, fuera del trabajo en todo momento. Y dije, bueno, ¿qué personas están en la radio?
Los locutores. Voy a estudiar locución.
Y en el primer día el cachetazo de realidad: no, no son todos locutores. Eso es otra cosa.
Pero me enamoré de la carrera ese primer día. Y bueno, acá estoy.
¿Cómo definirías la experiencia trabajando con blafon? ¿Hay algún proyecto en particular que te haya llamado más la atención?
Algo que me gustó mucho es que esto es e-learning, o sea, cursos virtuales y demás.
Y tienen algo muy diferente: que en este caso no tuve que ser el locutor. Más allá de ser el que más hablaba. Sino que era un personaje llevándote a través de todo. En donde se ejemplifican las situaciones.
Y generalmente, en todo lo que sea cursos e-learning, me toca el rol de narrador. Así que estaba muy divertido por ese lado.
Además, la mayoría del material lo debía grabar en inglés y para mí, eso siempre es un placer. Tienen muy buen sistema de trabajo ustedes, están presentes todo el tiempo, al toque te responden y no te tienen horas esperando..
¿Cuál es tu proceso típico de trabajo cuando se te presenta un nuevo proyecto de locución para empresas? ¿Cómo manejas las solicitudes de las revisiones, la retroalimentación por parte de los clientes?
En cuanto a lo que sea feedback de los clientes, siempre es bien recibido. Porque siempre que un cliente te está diciendo “tengo tal problema”, es alguien que te está diciendo “tal cosa puede mejorar”. Así que trato de estar abierto a ese tipo de cosas.
A veces es difícil porque te están hablando de algo que vos sabes que realmente no entienden. Hay gente que simplemente le gusta comentar o criticar. Pasa.
Me ha pasado con cursos que me decían: Esto lo quiero más así. Y realmente no hay un cambio. O que te cambian el guión dos palabras de lugar, literalmente solo eso, que no cambia el significado. Pero...hay gente que lo prefiere así. En ese caso tengo un sistema bastante simple: Cambios de guiones y cosas nuevas, y todo lo que no tenga que ver con algún error mío; yo te lo cobro.
Ahora, si es algo que yo te pronuncie mal, que el audio está en mala calidad o que hubo un error, me voy a hacer cargo, eso no te lo puedo cobrar. Sería una caradurez de mi parte.
Y eso ayudó bastante con un montón de clientes.
¿Cómo adaptás tu estilo de locución para satisfacer las necesidades específicas de cada uno? ¿Cuáles son los desafíos comunes que sueles enfrentarte cuando trabajas en proyectos de locuciones para empresas?
Tengo un tema en particular, yo tengo una voz re contra joven. Vos me escuchás y es un adolescente y yo tengo casi 30 años ya. Así que siempre que me piden voces y demás, es para cosas extremadamente jóvenes.
Y no se nota tanto que también tengo manejo de graves o cosas más serias.
Soy re contra descontracturado, pero sé hacer esa formalidad si la necesitas. Y es algo que tengo que mostrarle a mis clientes, así que trato de en mis demos mostrar siempre primero lo más serio, lo más formal y después mostrarte eso que vos ya sabés que ya puedo hacer.
Nuestro trabajo es ser versátiles. Más allá de que nos especialicemos en algún tipo de
cosa particular.
Ahora hay una publicidad de Twenty en donde puse mi voz y es un chico adolescente canchero y me sale tranqui eso.
Pero también puedo hacer, por ejemplo, publicidades más adultas y es algo que yo tengo que tratar de salir de mi zona de confort.
Pensando un poco en tendencias y futuro, ¿notaste alguna tendencia
en la industria de la locución para empresas?
Acá me voy a meter en terreno medio duro. Que hay cada vez más inteligencia artificial. Te soy sincero, a mí me gusta, yo la quiero. Ahora hay un tema con esto. No es mágica. Hay inteligencia artificial que suena muy bien, pero la inteligencia artificial siempre va a sonar plana porque vos tenés que ser extremadamente específico con lo que le tenés que pedir. Y si algo tenemos tanto locutores como cualquier freelance es el hecho de que todos nuestros clientes no siempre saben qué es lo que quieren.
Me han dicho, lo quiero más azul. ¿Qué significa lo quiero más azul? ¿Qué quieres que transmita con azul? Así que la verdad creo que nosotros nos vamos a tener que adaptar a ser mejores profesionales en cuanto a lo que sea.
Transmitir emociones y entender a los clientes y seguir preparándonos todo el tiempo para poder estar a un nivel más alto que la IA. Porque lo que hace la IA está bastante bueno, pero solamente si lo comparás con alguien que no tenga tantas herramientas.
¿Qué les recomendarías a las empresas que quieren comunicar a través de contenidos audiovisuales?
Cuando contratas un locutor lo que te conviene es invertir en alguien que tenga todas las herramientas. También en gente de marketing que sepa cuál es la imagen que tiene que dar tu marca.
Porque, digamos, imagínate, me contratas a mí para hacer algo formal, yo lo recontra puedo hacer pero si tu idea es siempre tener esa imagen de elegancia, de altura y de todo lo demás, tal vez mi voz, por más bien que pueda transmitir esas emociones, no sea lo primero que vos identificás con la mente.
Así que siempre tengan una idea clara. Gasten la plata que necesiten en la gente que sabe.
Es mucho más caro un ineficiente que un buen profesional.
Siempre.
Así que esa sería mi recomendación.
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